La plaga del conejo, ¿un laberinto sin salida? . Diario de Noticias de Navarra

La plaga del conejo, ¿un laberinto sin salida? . Diario de Noticias de Navarra

Según Medio Ambiente, Tudela, Cascante y Corella son los municipios navarros más afectados por los daños de los conejos. Agricultores, cazadores y Administración se enfrentan para saber de quién es la responsabilidad.

FERMÍN PÉREZ-NIEVAS

buscar un método con el que poder controlar la superpoblación de conejos se ha convertido en el principal problema de agricultores y cazadores, dos colectivos que pocas veces han ido de la mano pero que ven ahora sus mundos enfrentados. Pocas ayudas, falta de predadores de esta especie, cuantiosas pérdidas y un sistema de compensación que no satisface a nadie son algunas de las esquinas de un problema grave que parece no tener muchas posibilidades de solución. Baste señalar que los cazadores de Corella debían pagar 300.000 euros en 2008 por los daños causados por el conejo. Las elevadas cuotas y las constantes batidas que se han de realizar en los cotos (de día, de noche, con redes, cepos, escopeta o hurones) hace que lo que para un grupo de cazadores antes era un hobby se haya convertido casi en una obligación. El Gobierno de Navarra dio por concluida la temporada el pasado 30 de enero pero los agricultores de Tudela han dado la voz de alarma porque los daños siguen siendo cuantiosos, tanto o más que en 2007, cuando llegó a haber hasta 40 conejos por hectárea.

los daños «La población del conejo es cíclica, tan pronto sufre enfermedades y decrece como hay superpoblación y arruina los campos», explica Víctor Martínez, presidente de la UAGN en Tudela. Más allá de esta verdad, el problema de los daños que ocasiona esta especie demuestra lo frágil del equilibrio del ecosistema. Su crecimiento desmesurado puede ser causa también de la desaparición de especies que se alimenten de este animal pero su caza a destajo está afectando a la reproducción de otras especies como la perdiz o la liebre que ante la constante presión de los cazadores no pueden criar. Para mostrar la verdadera proporción del problema baste decir que entre 2008 y 2009 se cazaron 195.000 conejos en la Ribera y, a día de hoy, sigue existiendo superpoblación.

«Es verdad que se ha reducido mucho el número pero lo que pasa ahora es que al haber llovido tan poco en invierno lo que antes se comían en un metro cuadrado ahora necesitan 10, por lo que el daño es mayor dado que no vuelve a crecer», explica Martínez.

Junto a él, Enrique Castel Ruiz miraba atónito su campo de bróculi situado junto a uno de los barrancos en la puerta de Bardenas. «De 7 hectáreas se han comido casi 2, lo que me pueden suponer más de 5.000 euros de pérdidas. Les gustan los brotes tiernos por lo que se lo comen en cuanto plantamos y ya no salen». Los conejos bajan desde las laderas cercanas y arrasan hasta profundizar 100 metros en el interior de las plantaciones cuando antes de 2007 sólo se veían afectadas las veredas de los caminos. «Está vez está siendo peor porque están comiendo cosas que antes no tocaban como las alcachofas. Lo único que pedimos a los cazadores es que cacen, como sea, porque tienen el permiso del Gobierno para ello, pero que cacen». Si en regadío los daños son cuantiosos en secano, para Martínez, son «inasumibles». Lo mismo sucede en plantaciones de frutales donde roen el plástico hasta llegar al tronco y luego atacan éste hasta alcanzar la parte más tierna para acabar matando al árbol.

cotos La asociación de cazadores de Tudela, con 370 socios, parece no dar a basto para hacer frente a la plaga, algo que ya sucedió en Corella y también en Fontellas y Caparroso. En estas dos últimas localidades los cazadores abandonaron la gestión de los cotos, ahogados por lo que tenían que pagar a los agricultores por los daños del conejo. En Fontellas los agricultores se han hecho cargo de la gestión y dan permiso a todo el que ………………..