Los agricultores tudelanos piden que, por los graves daños que causa el conejo, siga su caza intensiva. Diario de Noticias de Navarra
FERMÍN PÉREZ-NIEVAS
Para UAGN, la falta de precipitaciones está incrementando la cuantía de las pérdidas.
Las infraestructuras como las autopistas o los canales de riego se convierten en refugios para estos animales.
Casi el 100% de los agricultores de Tudela han denunciado las importantes pérdidas que están sufriendo como consecuencia de la plaga de conejos que sigue experimentando la capital ribera, junto con Corella y Cascante, las localidades más afectadas de Navarra. Según señaló ayer la junta local de Tudela del sindicato agrario UAGN, «la alta densidad de conejos en la zona está generando cuantiosos daños en los cultivos hortícolas, así como en cereales, especialmente los secanos, ya que su crecimiento está ralentizado como consecuencia de la falta de precipitaciones». Su representante, Víctor Martínez, explicó que la falta de precipitaciones y el aumento de la población de conejos, «como consecuencia de la falta de control», están generando unos daños «irreparables en los cultivos de secano y regadío, sin profundizar en las graves pérdidas económicas a las que se puede llegar como resultado de esta situación». En este sentido, la falta de lluvia ocasiona que las plantas que desaparecen no vuelvan a crecer y, al mismo tiempo, «aunque la población de conejos pueda ser menor, lo que antes se comían en un metro cuadrado, porque había lluvia y crecía, ahora para comer esa misma cantidad necesitan igual diez metros cuadrados y el destrozo es mucho mayor», indicó Martínez.
Desde este colectivo indicaron ayer, a través de un comunicado, que «no llegamos a entender por qué si hay una autorización para cazar conejo durante todo el año», en zonas especialmente afectadas, «la Junta de Cazadores de Tudela ponga limitaciones a sus propios asociados para cazar», señaló el presidente de la Junta Local de Tudela. «Entendemos que no se está realizando una correcta gestión del acotado, ya que la población de conejos no se está reduciendo y los daños siguen siendo muy importantes, tanto en cultivos como en infraestructuras».
infraestructuras Hace sólo dos semanas la consejera de Medio Ambiente, Begoña Sanzberro, informó a los cazadores de que los daños ocasionados por la sobreabundancia de conejos en los campos de la Ribera se habían visto reducidos a la mitad en los últimos años, pasando de 597.476 euros en 2008 a 295.864 euros en 2010. Este descenso ha tenido también su repercusión en las indemnizaciones abonadas por el Gobierno de Navarra que se redujeron en este período de 234.168 euros en 2008 a 117.154 en 2010.
Pese a todo, desde el colectivo de cazadores han asegurado a los agricultores que van a continuar con la caza, aunque estos últimos creen que no en el número suficiente para regular la superpoblación.
Los cultivos más dañados son los cereales, el bróculi y el maíz, aunque según explicó ayer Víctor Martínez, «los daños que se están haciendo en regadío y en frutales son impresionantes». Este problema, a su entender, radica en el hecho de que «las autopistas y las infraestructuras de regadío se convierten en sus guaridas», dado que para el cazador es más difícil acceder. De hecho las gestoras de las autopistas son las encargadas de reducir su población. «En
Cascante los daños en las infraestructuras son tan importantes que podría crear un problema de pérdidas de agua en lagunas y embalses. No hablamos de
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Cascante en la prensa 